Si son auténticas o no, o si ocurrieron tal como se trasmiten (en el mismo escenario, entre las mismas personas, con las mismas palabras) no lo sabremos, probablemente, nunca.
Lo cierto es que, míticas o no, las anécdotas literarias (las anécdotas con escritores) son muy interesantes de leer y a veces, incluso, arrojan una que otra verdad o reflexión memorable.
Veamos algunas de las anécdotas que circulan por el mundo literario.
Escribir para saber.
Le preguntaron al escritor estadounidense Saul Bellow cómo se sentía después de ganar, en 1976, el Premio Nobel de Literatura "No lo sé, respondió, aún no escribí sobre eso".
El vicio todo lo puede...
En 1942, durante el sitio de los nazis a Leningrado, el brillante teórico de la literatura Mijail Bajtin, fumador empedernido, tomado por el vicio, usó todas las páginas de un manuscrito para enrrollar el tabaco y armar cigarrillos. ¿La obra pérdida para siempre? Un libro sobre novelas de aprendizaje que después nunca reescribió.
Hombres de pocas palabras.
Víctor Hugo, de vacaciones, estaba ansioso por saber la suerte que estaba corriendo la publicación de su obra "Los Miserables". así que escribió a su editor esta sugestiva misiva: "?", el editor respondió: "!", y de este modo participaron del intercambio epistolar más breve de la historia.
Entredicho Transatlántico.
Los padres de Pío Baroja tenían una panadería y no les sobraba el dinero. Sabiendo esto, Rubén Darío, malicioso, definió así sus habilidades artísticas: "Es un escritor con mucha miga, se nota que es panadero". La respuesta de Baroja, en le mismo tono, no se hizo esperar: "Rubén Darío es un escritor de buena pluma, se nota que es indio".
Ironías Borgeanas por tres.
Borges firma ejemplares en una librería del centro porteño. Un joven se acerca con la obra "Ficciones" bajo el brazo y le dice: "Maestro, usted es inmortal". Borges le contesta: "vamos, hombre. No hay porque ser tan pesimista".
Invitan a Borges a un congreso internacional de psicoanalistas y psiquiatras en los Estados Unidos, a fines de la década del 60. Es el único escritor y le preguntan: Maestro, ¿cómo se siente al ser el único escritor entre tantos psicoanalistas? Borges mira a María Kodama y se pone a reír: "en realidad estoy entre mis pares", "¿no es acaso el psicoanálisis una rama de la literatura fantástica?"
Mañana de octubre de 1967, Borges está al frente de su clase de Literatura Inglesa en la Universidad de Buenos Aires. Un estudiante entra y lo interrumpe para anunciar la muerte del Che Guevara y la inmediata suspensión de las clases para rendirle un homenaje. Borges contesta que el homenaje seguramente pude esperar. El estudiante insiste: "tiene que ser ahora y usted se va". Borges no se resigna: "no me voy nada, y si usted es tan guapo, venga a sacarme del escritorio". El estudiante amenaza con cortar la luz. "He tomado la precaución", replica Borges, "de ser ciego esperando este momento".
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