viernes, 27 de noviembre de 2020

JAVIER HERAUD. LA MUERTE DE UN RÍO



Un año antes que la bala del imperialismo, encarnado en la figura del General Pérez Godoy le atravesara su joven pecho de 21 años; Javier Heraud había escrito a su madre desde Cuba, con ternura: 

"Recuerda tú, recuerden todos que mi cariño y amor crecerán siempre, que nada ni nadie nos podrá separar aunque estemos lejos, y que algún día nos reuniremos para cantar y llorar juntos, para abrazarnos y querernos más. Y que yo siempre seré el niño a quien tú tuviste en brazos aunque haya crecido por este medio que avanza y destroza los años, pero no los recuerdos".

Estas palabras están pensadas y escritas desde la distancia, desde la frustración por saber a su pueblo aplastado por un régimen ruin que lo veja y lo hace danzar en el lodo; pero también desde la flor de la esperanza, ese sentimiento que hace que el precoz poeta, el precoz socialista, al cual la sombra de la muerte empieza ya a rondarlo, a prepararlo para llevárselo; abrigue la esperanza de reunirse pronto en una nación libre, sin hambre, sin látigos, sin capataces, sin abusos. Pero estas acaso son las vísperas de su muerte, de su futuro ya marcado con sangre, de su futuro que ya no es futuro en carne viva, tan solo recuerdo en espacio, en agua, en letras. Sí, estas son las vísperas de su desintegración corporal y bilógica. Porque varios años antes, nadie lo hubiera imaginado, nadie hubiera podido imaginar que moriría solo "en el nacimiento de un nuevo río". Años antes, ni siquiera la muerte sabía que tenía que llevárselo. Entonces, la vida había sido su tutora, lo había acompañado el día que ganó el Primer Premio de Literatura al concluir sus estudios escolares, el día en que ganó el Primer Premio en el concurso "El poeta Joven del Perú" con su libro "El viaje", el día en que se matriculó para estudiar Derecho en la Universidad Mayor de San Marcos, obligado por su padre; el día en que se inscribió en las filas del Movimiento Social Progresista, pero también el día en que renunció a él; el día en que viajó a Cuba. Cuando se hace parte del ELN (Ejercito de Liberación Nacional del Perú) la vida le suelta la mano y se la toma la muerte como su nueva tutora, mostrándole ya el camino de la oscuridad. De la mano de la muerte se adjudica el seudónimo de "Rodrigo Machado"; viaja a la Paz - Bolivia y, ahí se amarra una cinta roja y blanca en la cabeza y avanza al Perú para liberar a su pueblo elegido de la opresión y la tiranía del imperialismo. No tiene una báculo que abre mares, pero sí un fusil que abre pechos y libera cuerpos. Pero los fusiles no tienen amo, no tiene ideología ni sentimientos. Un fusil igual al suyo le abre el pecho y lo libera de este mundo con su pólvora, en medio del Río Madre de Dios. Ahí muere el cuerpo el cuerpo de Heraud y nace su espíritu, el cual es imperecedero.


SOLO

En las montañas o le mar

sentirme solo, aire, viento,

árbol, cosecha estéril.

Sonrisa, rostro, cielo y

silencio, en el Sur, o en 

el Este, o en el nacimiento 

de un nuevo río.

Lluvia, viento, frío

y azota.

Costa, relámpago, esperanza,

en las montañas o en el

mar.

Solo, solo, 

sólo tu sola risa,

sólo mi solo espíritu,

solo

mi soledad

su

silencio.

Del Libro "El Río" (1960)

jueves, 5 de noviembre de 2020

EL PROPÓSITO COMUNICATIVO

¿QUÉ ES EL PROPÓSITO COMUNICATIVO?

Es la intención del emisor al producir un texto.

ALGUNOS RASGOS DEL PROPÓSITO COMUNICATIVO

  • El propósito comunicativo responde a la pregunta:

        ¿Qué pretende el emisor con su texto?

  • El propósito comunicativo determina el tipo de texto a usar.
  • El propósito del autor no siempre está ducho en el texto por lo tanto se debe inferir. 

¿CÓMO IDENTIFICAR EL PROPÓSITO COMUNICATIVO?

  • Para identificar el propósito comunicativo de un texto se recomienda seguir 3 pasos:


         1. Reconocer el tipo de texto.

        2. Identificar el tema e idea principal.

        3. Determinar el propósito comunicativo.


ESTRUCTURA DEL PROPÓSITO COMUNICATIVO

  • El propósito comunicativo por lo general adopta la siguiente fórmula.
            INFINITIVO + (TEMA) (IDEA PRINCIPAL)



VERBO INFINITIVO SEGÚN EL TIPO DE TEXTO


Puedes ver el vídeo de la explicación teórica y la práctica desarrollada aquí 👇

https://www.youtube.com/watch?v=T_TvJy8rAh8


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David Rengifo Ortega. Profesor de Lengua y Literatura, Magister en Educación y especialista en comprensión lectora. 

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lunes, 4 de mayo de 2020

TEXTO HUMANÍSTICO Y TEXTO PERIODÍSTICO

EL TEXTO CIENTÍFICO

PROPÓSITO COMUNICATIVO DEL AUTOR

ESTRUCTURA DEL TEXTO DESCRIPTIVO

ESTRUCTURA DEL TEXTO NARRATIVO

ESTRUCTURA DEL TEXTO ARGUMENTATIVO

ESTRUCTURA DEL TEXTO EXPOSITIVO

ESTRUCTURA DEL PÁRRAFO

MACROESTRUCTURA DEL TEXTO

TEMA, TÍTULO E IDEA PRINCIPAL EN EL TEXTO

NIVELES DE COMPRENSIÓN LECTORA

LA IDEA PRINCIPAL EN EL TEXTO

LOS GALLINAZOS SIN PLUMAS: LA METÁFORA DEL REALISMO URBANO



La vida es el regalo más preciado que tenemos. Gracias a ella apodemos disfrutar de todas las maravillas que nos rodean; desarrollarnos personal y profesionalmente, formar una familia; ser felices. Sin embargo, no todo es color de rosa; sobre todo para algunos desdichados a los que la suerte le es adversa y la vida le muestra su peor cara.

Este contexto es propicio para reseñar uno de los cuentos más hermosos que he leído. Este relato pertenece al libro “La palabra del mudo”, una recopilación de los cuentos del escritor Julio Ramón Ribeyro en el que, asimismo, figuran prólogos del autor. Fue publicado por primera vez en 1972 y posteriormente, han surgido nuevas ediciones que han ido incrementando la cantidad de los relatos compilados hasta abarcar su obra cuentística completa.

Para hablar de “Los gallinazos sin plumas”, primero, obligatoriamente, debemos mencionar la imponente figura de su autor, el gran Julio Ramón Ribeyro, novelista y cuentista peruano, quien con una maestría inigualable y un talento sobrenatural, plasma en sus narraciones, temas como la pobreza y explotación que sufren niños y adultos, olvidados e invisibles ante los ojos de una sociedad fría y mezquina.

La historia tiene como uno de sus personajes principales a Don Santos, un viejo codicioso, amargado y cruel que tiene una pata de palo. Él vive, junto a sus dos nietos: Efraín y Enrique (personajes centrales de la historia), quienes son maltratados, humillados y explotados por su abuelo. Ellos son obligados a trabajar, desde muy temprano, en la basura, recogiendo residuos orgánicos comestibles para alimentar a Pascual, un cerdo voraz que, día tras día se convierte en una bestia insaciable.

Efraín y Enrique viven para servir a Don Santos, y para alimentar al monstruoso animal. Su vida transcurre entre cubos de basura, comida maloliente; en medio de perros vagabundos y gallinazos saltando entre la inmundicia. Pero, principalmente, entre el abuso y los golpes del viejo Dos Santos, quien cada día les exige más y más carroña para satisfacer el apetito incontrolable de Pascual.

La vida de los niños tiene un giro inesperado con la llegada de Pedro, un perrito chusco y roñoso que Enrique encontró en el muladar, y a quien lleva a su casa para obsequiar y alegrar los días de Efraín, quien se encontraba delirando por la fiebre a causa de la infección en uno de sus pies.

El nudo de esta hermosa y triste historia se enciende cuando Enrique, luego de ser apaleado por su abuelo, sale en busca de más comida para el cerdo; y, Don Santos, aprovechándose de la ausencia del muchacho, arroja al perro a la porqueriza para servirle de alimento a la bestia. Al regreso, Enrique encuentra a Efraín sumido en mar de lágrimas, se acerca a Pascual y ve con horror los restos de su fiel amigo Pedro. El niño enfurecido le reclama a su abuelo por su atrocidad cometida, forcejea con el viejo; el cual resbala, rompe su pata de palo, y cae dentro del chiquero del cerdo, convertido hasta entonces en un monstruo descomunal.

Finalmente, los niños huyen del lugar. A lo lejos escuchan los gruñidos salvajes de la fiera y los gritos lastimeros de su abuelo, que dan cuenta de una desigual batalla sangrienta, en la cual el cerdo Pascual disfrutaría devorando el suculento cuerpo de su propio amo.

Estoy seguro que disfrutarán de este extraordinario cuento, escrito por uno de los mejores narradores peruanos, quien nos envuelve, con maestría narrativa, en el realismo urbano para mostrarnos de cerca la pobreza, la injusticia social y la explotación infantil que sufren muchos hermanos peruanos. 

¡Se los recomiendo!

David Rengifo Ortega. Profesor de Lengua y Literatura, Magister en Educación y especialista en comprensión lectora. 

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